San Miguelito

José Zaldívar.

Si en algo se distingue Gregorio Sánchez Martínez, es que es bueno para colgarse medallas ajenas, de eso no cabe la menor duda, tan es así que el Presidente Calderón y el  Gobernador  Félix González Canto, le han marcado su raya en las ultimas entregas de obras sociales recordándole de paso que el 99.9 por ciento de las obras que se han realizado durante los casi dos años que lleva de “pastoreo municipal” en Benito Juárez,  son gracias a programas de trabajo aplicados y presupuesto aportado por el Gobierno del Estado de Quintana Roo. Incluye la recuperación de playas.

El “iluminado quintanarroense express” y ahora socio del Obispo Pedro Pablo Elizondo, en el productivo “negocito inmobiliario a perpetuidad”, de venta de criptas condominales en el exclusivo Ombligo Verde, “se colgó la medalla“del nuevo Museo Arqueológico de Sitio que se ubicará a un lado de los vestigios mayas de San Miguelito, al declarar que el había conseguido 20 millones de dólares para que se construyera el “Museo Mas Grande de México”.

Adjudicándose el pastor municipal  la culminación de más de 8 años de ardua labor ( proyecto en mano, tocando puertas y buscando financiamientos), de la arqueóloga Adriana Velázquez Morlet delegada en Quintana Roo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la que por cierto aplicando adecuadamente los programas de empleo temporal de SEDESOL, logró tan solo el año pasado, armada solamente  con “palitos y lodito”, el rescate de los vestigios Mayas de El Meco, El Rey, Xél-Há, San Gervasio, Tulúm y los adoratorios que se encuentran en el poblado de Akumal, cuyos terrenos había convertido en “tiradero a cielo abierto”  un “cristiano” que tuvo como alcalde esa comunidad.

Y la que persevera alcanza y en el presupuesto del INAH para este año están contemplados 40 millones de pesos para el inicio de las obras de este museo y el  Gobierno del Estado aportará además 20 millones de pesos para completar un presupuesto de 60 millones de pesos, que logrará, ¡al fin!, la creación  de un lugar para la preservación y difusión de la Cultura Maya en Isla Kan–Kún, y que para nada va a ser el más grande de México. Para eso esta el Museo de Antropología e Historia que se encuentra en el Bosque de Chapultepec.

¿A poco se le va a creer que hizo un trabajo a favor de la Cultura y la Educación a quién como primera demostración de su “ignorancia pastoril”, desapareció, literalmente, a Radio Cultural Ayuntamiento?

 A otro perro con ese hueso.

Evocando a la memoria, el predio de cerca de 2 hectáreas que ocupa la zona arqueológica de San Miguelito,  fue donado en 1980 al INAH, vía Fonatur, para que tuviera un Uso de Suelo de acuerdo con el Plan Maestro de Desarrollo Urbano de la Zona Hotelera, que lo contemplaba  como reserva de los vestigios mayas que ahí se encuentran, por doña Edith Coral Martínez, ilustre Dama quintanarroense,  cuya familia comerciaba el producto de los cocotales que ellos cultivaban en la alguna vez idílica y paradisiaca Isla Kan-Kún.

Lamentablemente Fonatur, una más, no supo respetar los motivos dados por escrito en clausulas del documento de donación del predio.

Cuando Doña Edith dono el predio de reserva arqueológica de San Miguelito, Fonatur le hizo una vialidad para que ella tuviera acceso a sus predios vecinos, quedando dividido el predio en dos partes por la Cerrada del Rey.

Más después cuando vino el “gobierno del cambio” de Vicente Fox Quezada, “ El Mentiroso Mayor”,  este puso al frente de Fonatur a un “delincuente organizado” llamado John Mc Carthy, que actualmente es buscado por la Interpol, y que ni tardo ni perezoso  vendió, con jugosa comisión a la Sra. Marta obviamente,  entre otros “terrenazos”, la sección sur del área de reserva arqueológica  (17 000 m2 ) de San Miguelito a los inversionistas del Gran Parnassus encabezados por el “pozolero ambiental” Salvador Orlenas, que entre otras “fellezas” arquitectónicas construyo la alberca sobre la duna costera, erigió una barda hasta donde rompen las olas para evitar el tránsito, depredo el área arqueológica deforestando el manglar, construyendo un adefesio que simula un “castillo”

Cosas veredes Sancho.