Nada más contradictorio que ser mujer...
Mujer que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor.
Que vive un millón de emociones en un sólo día, y transmite cada una de ellas con una sola mirada.
Que vive buscando la perfección y vive tratando de buscar disculpas para los errores de aquellos a quienes ama.
Que hospeda en el vientre otras almas, da a luz y después queda ciega, delante de la belleza de los hijos que engendró.
Que da las alas y enseña a volar pero no quiere ver partir los pájaros, aún sabiendo que no le pertenecen.
Que se arregla toda y perfuma la cama, aunque su amor no perciba más esos detalles.
Que como una hechicera transforma en luz y sonrisa los dolores que siente en el alma, sólo para que nadie lo note.
Y aún tiene fuerzas, para dar consuelo a quien se acerca a llorar sobre su hombro.
Feliz del hombre que tan solo por un día sepa, entender el alma de la mujer.
En el día internacional de la mujer, día para hacer discursos pro igualdad, y después de los versos anteriores, siento que es indispensable hacer un reconocimiento a la desigualdad que existe por naturaleza ente el hombre y la mujer.
Antes que se levanten las voces feministas y los movimientos anti discriminación, denme un voto de confianza.
No quiero hablar de la mujer con un ser solamente inspirador para las poesías y canciones de amor, no, ellas en realidad son la fuente del amor, coparticipes en la creación de la humanidad, primeras educadoras, trabajadoras incansables, fieles creyentes del amor en pareja, guerreras, delicadas pero capaces de convertirse en las peores fieras descomunales si ven en peligro lo más valioso de su vida, sus hijos.
Cuando un hombre encuentra una pareja, entiéndase como pareja una mujer, es la más grande muestra de amor a la vida, es una esperanza a la trascendencia, pero sobre todo es la oportunidad de vivir por alguien, con alguien y por alguien, que no solo te acompaña, sino que te apoya, te inspira, te proyecta y te hace ser mejor ser humano, por que conoces lo que es el amor.
Juntos Hombre y Mujer pueden complementarse, la dinámica y la energía, la idea y la imaginación, el proyecto y el impuso, el amor y la familia. Juntos son capaces de alcanzar las metas más preciadas, solo si la necedad y terquedad del hombre es encaminada a la meta y no en contra de la mujer, buscando la superioridad y el egocentrismo por la verdadera necesidad de sentirse superior ante la magnificencia de la mujer.
En su sabiduría, la mujer, es capaz de ceder ante la intransigencia y muchas veces ingenuidad del hombre, que solo lleva al fracaso de las metas. Y sin embargo cuando el hombre se ve en la desgracia por su cobardía de admitir sus errores, ellas siempre están dispuestas a volver a apoyar y pueden sentir tanta o más felicidad en ver triunfar a su hombre, porque esos triunfos son el resultado de un trabajo en equipo, en pareja.
Por esto puedo asegurar que la mujer jamás será igual al hombre.
Aprendamos a respetar sus derechos, conozcamos sus necesidades, aprendamos de ellas, pero sobre todo amémoslas, pero sobre todo reconozcamos que son diferentes a nosotros por lo que debemos agradecer a la vida cuando una de ellas te ama como solo ellas saben hacerlo.
Gracias, a mi mujer, porque sin ella no sería completo.
Feliz día de la Mujer.
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