Por Alejandro Domínguez
CANCÚN.- Finalmente, Víctor Viveros tuvo que tragarse su orgullo -aunque no haya podido concretar sus malsanas ambiciones- y aceptar que la legalidad le asiste a Jaime Hernández, quien desde ayer (domingo) ocupa la silla que dejara vacante el hoy preso Gregorio (a) "El Goyo", "El Inge" o el "El Greg", y de hecho, la primera muestra de sumisión la demostró el ex secretario general del sindicato de taxistas y dos veces perdedor en la contienda por la presidencia municipal de Benito Juárez,
cuando en reunión informal realizada esta tarde con el recién nombrado alcalde suplente, Viveros Salazar, con ensayada zalamería, casi le besó los pies al verlo entrar al salón, ansioso desde luego de que Hernández Zaragoza permitiera que sus recomendados, Noé Naranjo y Alejandro Gárate, continuaran en sus puestos para cobrar su quicena durante los últimos ocho meses que restan de esta administración atípica y que marca una historia gris en el municipio más codiciados de Quintana Roo.
Azuzado por el ex gobernador (negro, y no por el color de su piel) Joaquìn Hendricks Díaz, (a) "El Frijol" el aparentemente militante priísta, -porque en realidad opera para la oposición- supo convencer a Latifa Muza Simón de que la guerra contra la corriente perredista que encabeza Jaime Hernández la ganarían, pese a los dictados del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), el cual, en un marco de legalidad, ordenó al cabildo benitojuarense tomarle la protesta al hoy presidente municipal suplente, y sin embargo, aferrándose al clavo ardiente der su cruz, Viveros y Latifa intentaron por todos los medios (falsas enfermedades incluidas) no darse por vencidos, siendo necesaria una seria advertencia de la autoridad judicial en materia electoral, de que quienes incurran en desacato podrían ser sancionados hasta con pena corporal.
Aún así, el eterno aspirante a la maltrecha silla (o maldita, ya que varios de quienes la han ocupado han probado la amargura de la prisión), insistió, junto con la alcadesa interina -hoy depuesta- en continuar con el juego maquiavélico, abrigando la falsa esperanza de que su patrón, Joaquín Hendricks, lograra que finalmente se le diera la razón a quien no la tiene, lo cual finalmente no ocurrió, sino que pravaleció la razón y la legalidad, porque desde cualquier punto de vista, Jaime Hernández Zaragoza es el presidente municipal suplente que fue electo por la ciudadanía aquel 3 de febrero de 2008.
Contrario a como ocurrió ayer, cuando Víctor Viveros, en su calidad de regidor, no acudió a la toma de posesión del hoy primer edil, esta tarde se le vio diferente, zalamero, atencioso, besamanos. Ya no era aquel concejal rebelde, no, hoy todo era atención para el nuevo alcalde. Lejos quedó la feroz oposición de que Hernández Zaragoza asumiera el principal cargo en Benito Juárez.
Hoy, aunque con el desencanto de no haber satisfecho sus malsanas ambiciones, Viveros Salazar seguirá como regidor, porque finalmente, alguien con tan escaso coeficiente intelectual, pero con excesiva ambición, no puede aspirar a más, sobre todo porque cuenta en su haber con más de diez mil operadores que siempre se opondrán a sus aspiraciones políticas porque no pueden olvidar las vejaciones, humillaciones y maltratos del que fueron objeto durante el mandato de este eterno perdedor de cualquier contienda electoral. Y aún así, alguien quiere copiar el "ejemplo" de este líder sindical que amarguras dejó a su paso por el otrora respetado y poderoso sindicato "Andrés Quintana Roo".
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